jueves, 11 de diciembre de 2008

TEORÍA DE LA CARCOMA


La vuelta al horror.

por Lola Jiménez

Todos sabemos que este mundo que vivimos es muy complejo, lleno de injusticias miles: el terrorismo, las guerras, la corrupción, la violencia de género, la inmigración, el paro… Con la vuelta de las vacaciones hemos aterrizado de nuevo en este asfalto caliente que nos impulsa a movernos con tanta premura que vamos olvidando poco a poco quiénes somos y cómo somos. La vuelta al trabajo diario con esas jornadas interminables que solo dan lugar a unas míseras horas para comer y dormir no permite que escuchemos nuestro corazón ni nuestra piel ni descifremos los gritos que originan nuestros órganos encendidos. A veces tengo la sensación de que volvemos a las tragedias cotidianas como si volviésemos al curso escolar. No es que las desgracias también veraneen, pero de alguna manera se maquillan con las noticias de las playas, el mar, la gastronomía, la belleza de los lugares visitados,…en fin, todo eso que nos hace la vida más agradable. Y ahora la vuelta a la realidad cotidiana nos arroja un jarro de agua fría a la cara. Y además todo vuelve indemne, sí, las plagas de este mundo vuelven enteritas, ellas no han hecho examen de conciencia, no han disminuido, ellas vienen como nuevas y hasta con más fuerza. Y aquí estamos nosotros otra vez para padecerlas y sufrirlas. Y seguimos luchando una y otra vez y peleando hasta la extenuidad. Yo no sé si vosotros os dais cuenta de la fortaleza del ser humano, porque yo desde luego me quedo atónita. Me quedo estupefacta viendo cómo un inmigrante rumano se prende fuego en plena calle protestando por la falta de trabajo y la discriminación que sufren él y su familia, cómo se recupera una mujer rociada con un líquido tóxico por su “exmarido”, de qué extraña manera permanecen con vida los afectados del sida en África con tan pocos medios, cómo sobreviven algunos heroinómanos esqueléticos que pululan por nuestras calles…No se han preguntado alguna vez cuando los ven ¿cómo pueden sobrevivir a tanto veneno? ¿Cómo podemos sobrevivir nosotros a tanto veneno? Si los cristianos creen que Dios nos hizo a su imagen y semejanza, yo creo que el muy gracioso lo que nos dejó es sólo una capacidad de aguante divina. Lo único que sé es que el último de los dones que quedó en el fondo de la tinaja de Pandora, la esperanza, en el mito de Hesíodo, es una moneda de cambio de doble cara.

Artículo publicado en SanlúcarInformación en la semana del 9 al 16 de septiembre de 2007.

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