domingo, 3 de febrero de 2008

Kostas Steryópulos, El sol de medianoche

Si así se llama, entonces será el amor
lo que impulsa con tal certeza
y tanta ansiedad
Oscuro como la desesperación, fuerte como la esperanza.
Nunca había corrido
tan caliente la sangre por mis venas.

Entró como un torbellino, me partió en dos,
abriendo violentamente puertas y ventanas.

Esto no es amor, sino causón.
Pesado como la preñez, como parto que no llega.
No sabes qué será: ¿demonio o ángel?

Como vello, como pluma, como suave plumón,
a veces te eleva
a la más alta cumbre
y otras veces te arroja al abismo.
Te vuelves más grave y´más ligero.
Se te va la tierra bajo los pies.

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