dum loquimur, fugerit invida
aetas: carpe diem, quam minimum credula postero.
Mientras hablamos, huye el envidioso tiempo. Aprovecha el día, y no confíes lo más mínimo en el mañana.
Horacio, Odas, I, 11, 7-8.
Tu ne quaesieris (scire nefas) quem mihi, quem tibi
finem di dederint, Leuconoe, nec Babylonios
temptaris numeros. Vt melius, quidquid erit, pati!
seu pluris hiemes, seu tribuit Iuppiter ultimam,
quae nunc oppositis debilitat pumicibus mare
Tyrrhenum: sapias, uina liques et spatio breui
spem longam reseces. Dum loquimur, fugerit inuida
aetas: carpe diem, quam minimum credula postero.
Horacio, Carmina, Libro I, Oda XI.
No preguntes (sacrilegio es saberlo), Leucónoe, qué fin a tí, qué fin a mí nos concedieron los dioses, ni sondees los cálculos babilonios. ¡Cuánto mejor soportar lo que haya de ser, tanto si Júpiter nos ha concedido muchos inviernos, como si es el último el que ahora quiebra las olas del mar Tirreno contra los escollos que se no pone por delante! Sé sabia, filtra el vino y, breve como es la vida, corta la esperanza larga. Mientras hablamos, habrá huido celosa la edad: aprovecha el momento, confiada lo más mínimo en el mañana.
(Traducción: Lola Jiménez Jiménez)
Todos conocemos este tópico que se ha repetido hasta la saciedad en poemas, obras en prosa, canciones, cine, etc. Pero para llegar a un conocimeinto profundo de éste “aprovecha el momento” es necesario indagar en la etimología de este verbo, carpo.
-En la lengua rústica significa “coger”, “arrancar” (la hierba, por ejemplo).
-En el campo textil, “deshacer hilo a hilo” (la lana, el lino), “deshilar”
-En la lengua común significa “elegir” y también “degustar”, “disfrutar de”
Carpo significa, pues, “arrancar”, “separar arrancando”, “arrancar a pedazos”,“desgarrar”; toma después los sentidos figurados de “aprovechar”, “gozar”(“gozar de un dulce sueño”), “consumir” (“consumir las fuerzas”), “recorrer”,“completar” (“recorrer un camino”, el definitivo en la frase supremum iter carpere: “hacer el último viaje”).
Puede entenderse entonces “Carpe diem” como “Cómete el tiempo a mordiscos”, “arránca pedazos al tiempo, al día”, tópico tan manido y sin embargo tan pocas veces entendido, tan pocas veces realizado, la mayoría de las veces entendemos la importancia de un momento cuando ni siquiera hemos abierto la boca para propinar el primer mordisco.
Vivamus, mea Lesbia, atque amemus,
rumoresque senum severiorum
omnes unius aestimemus assis.
soles occidere et redire possunt:
nobis, cum semel occidit brevis lux,
nox est perpetua una dormienda.
Catulo, 5, 1-
Vivamos, querida Lesbia, y amémonos,
y las habladurías de los viejos puritanos
nos importen todas un bledo.
Los soles pueden salir y ponerse;
nosotros, tan pronto acabe nuestra efímera luz,
tendremos que dormir una noche eterna.
Κ.Π. Καβάφης, ‘Ενας γέρος. ( Cavafis, un anciano).
En el ruidoso interior de un café/ se sienta en un velador cabizbajo un anciano/ con un periódico frente a él, sin compañía.
Y en el desprecio de la desdichada vejez/piensa cuán poco le regalaron los años/cuando tenía vigor, elocuencia y hermosura.
Sabe que ha envejecido mucho: lo siente, lo ve. / y en estos momentos el tiempo en que era joven le parece/que fue ayer. ¡Que pequeño intervalo! ¡Qué pequeño!
Y medita cómo se rió de él la Prudencia/ y como se fiaba siempre -¡que locura!-/ de esa embustera que le decía: “Mañana. Tendrás mucho tiempo”.
Recuerda los impulsos que contuvo y cuánta/alegría sacrificó. De su insensato conocimiento/ se burla ahora cada oportunidad perdida.
Pero de tanto pensar y recordar/ se mareó el anciano. Y se adormece/ apoyado en el velador del café.
Traducción: Lola Jiménez Jiménez
M. de Cervantes, Rinconete y Cortadillo, Madrid, Alianza 1992. P. 52.
pues huye día a día la juventud.
¿Quieres pagar mayor tributo a la muerte
que el que ella misma se cobrará cuando te desnude?
Poemas de la India en Equipaje de mano, Martín López-Vega, Madrid, Acuarela, 2000, p. 56.
Á. Vallvey, Los estados carenciales, Madrid, Destino, 2002. Pp. 37-38.
A SU ESQUIVA SEÑORA
Por eso ahora, mientras colores juveniles
afloran a tu piel como al alba el rocío
y tu alma deseosa por cada poro
transpira fuegos instantáneos,
pasémonoslo bien mientras podamos
y, como aves de presa entregadas a amarse,
antes devoremos nuestro tiempo con prisa
en vez de languidecer ante su lenta caza.
Echemos a rodar toda nuestra fuerza
y toda la dulzura en una misma bola
y con áspera lucha rasguemos los placeres
por todas las puertas de hierro de la vida.
Así, aunque no podamos hacer que nuestro sol
se detenga, sí al menos podremos gobernar su carrera.
Andrew Marwell en Antología Esencial de la Poesía Inglesa, Ángel Rupérez (ed.), Madrid, Espasa, 2000, p. 13.
Ilustre y hermosísima María,
y mientras con gentil descortesía
antes que de la edad Febo eclipsado,
antes que lo que hoy es rubio tesoro
Francisco Álvarez Velasco
Los espinos.
Verdor nuevo los espinos
Luis Cernuda, Como quien espera el alba
En tanto que de rosa y azucena
COLLIGE, VIRGO, ROSAS.
1 comentario:
¡Simplemente genial!
Si en las clases se nos hablara más de acto y sentimiento, y se nos hiciese entender que el progreso y la grandeza humana son demasiado sublimes para caber dentro de un número; la sociedad, y sus desigualdades y sus corrupciones, fuera radicalmente distinta... que gran blog
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