miércoles, 4 de noviembre de 2009

HYPATIA DE ALEJANDRÍA


Nacida: Aproximadamente en el año 370 en Alejandría, Egipto.
Fallecida: Marzo del año 415 en Alejandría, Egipto.

Hypatia de Alejandría, se ha ganado a pulso un lugar en la historia de las matemáticas, dado que fue la primera mujer que realizó una importante contribución al desarrollo de las mismas.

Hypatia fue la hija del matemático y filósofo Theon de Alejandría, y es muy probable que estudiara matemáticas bajo la orientación e instrucción de su padre. Es digno de mención el hecho de que Hypatia llegase a ser uno de los líderes de la escuela Platónica de Alejandría, aproximadamente en el año 400 D.C. Allí ofreció discursos de matemáticas y filosofía, enseñando en particular la filosofía del Neoplatonismo. Hypatia basó sus enseñanzas en las de Plotinus, fundador del Neoplatonismo, y en Iamblichus, quien desarrolló dicha doctrina alrededor del año 300 D.C.

Plotinus explicaba que existe una última realidad que está más allá del alcance del pensamiento o el lenguaje. El objetivo de la vida era aspirar a dicha última realidad, que nunca podía ser descrita de forma precisa. Plotinus enfatizaba que la gente no tenía la capacidad mental para entender completamente ni la última realidad ni las consecuencias de su existencia. Iamblichus distinguió, además, niveles de realidad, en una jerarquía de niveles, por debajo de la mencionada última realidad. En dicha jerarquía, existe un nivel de realidad correspondiente a cada pensamiento distinto del cual la mente humana es capaz. Hypatia enseñó estas ideas filosóficas con un mayor énfasis científico que los primeros discípulos del Neoplatonismo. Ella fue descrita por los comentaristas como una profesora carismática.

Hypatia llegó a simbolizar el conocimiento y la ciencia que los primeros Cristianos identificaron con el paganismo. No obstante, entre los pupilos a quienes había enseñado en Alejandría había muchos Cristianos destacados. Uno de los más famosos fue Synesius de Cyrene, que más tarde llegó a convertirse en obispo de los ptolomeos. Muchas de las cartas que Synesius escribió a Hypatia se han preservado y podemos apreciar que algunas de ellas están llenas de admiración y reverencias por los conocimientos de Hypatia y sus habilidades científicas.

En el año 412 Cyril (después San Scyril) se convirtió en el patriarca de Alejandría. Sin embargo, el prefecto romano de Alejandría fue Orestes. Ambos se transformaron en encarnizados rivales políticos, peleando por el control de la Iglesia y el Estado. Hypatia fue amiga de Orestes y esto, junto con los prejuicios en contra de su visión filosófica que fue vista por los cristianos como pagana, llegó a colocar a Hypatia en el foco de los disturbios entre los Cristianos y los no-Cristianos. Thomas Little Heath escribió de Hypatia:

‘ … por su elocuencia y autoridad … alcanzó tal influencia que el Cristianismo se consideró amenazado … ’

Algunos años más tarde, con arreglo a lo que se recoge en una denuncia Hypatia fue brutalmente asesinada por los monjes Nitrian, que constituían una secta fanática de cristianos partidarios de Cyril. De acuerdo con otro relato (de Sócrates Scholasticus), una caterva de alejandrinos liderados por Peter, un estudioso de la época, dio muerte a la famosa matemática. Parece ser innegable que su asesinato fue consumado por Cristianos, quienes se sentían amenazados por su erudición, cultura y profundo conocimiento de la ciencia. Este evento, se convirtió en un hecho crucial que ha sido descrito de la siguiente forma:

‘Cualquiera que sea el móvil preciso para el asesinato, tras la temprana partida de muchos sabios memorables dio comienzo del declive de Alejandría, que hasta entonces había sido el mayor centro del conocimiento antiguo’.

No existe evidencia de que Hypatia abordara de la búsqueda de los orígenes de la matemática. Sin embargo, ella asistió a su padre, Theon de Alejandría, en la escritura del comentario de la undécima parte del Almagesto de Ptolomeo. Asimismo, se pensaba que colaboró con su padre en la producción de una nueva versión de los Elementos de Euclides, que llegó a ser la base para todas las ediciones posteriores de Euclides. Thomas Little Heath escribió lo siguiente acerca de la edición de los Elementos de Theon e Hypatia:

‘… aunque sólo realizó insignificantes añadiduras al contenido de los “Elementos”, él se esforzó en suprimir dificultades que podrían sentir los lectores noveles al estudiar el libro, tal y como un redactor moderno podría hacer en la edición de un libro de texto clásico para el uso en escuelas; y no quepa duda que su edición fue acogida por sus pupilos de Alejandría, para quienes fue escrita, así como por los griegos posteriores quienes exclusivamente utilizaban ésta…’

Además del trabajo que realizó en común con su padre, se puede consultar en los textos redactados por Suidas, que Hypatia escribió comentarios sobre la ‘Arithmetica’ de Diophanto, las ‘Conics’ de Apolunio y los trabajos astronómicos de Ptolomeo. El pasaje Suida encontrado, dista de ser claro y la mayoría de los historiadores dudan que Hypatia escribiera cualquier comentario sobre Ptolomeo de otra manera que no fuera en los trabajos que realizó conjuntamente con su padre.

Todos los trabajos de Hypatia se pierden, a excepción de sus títulos y algunas referencias hacia ellos. Sin embargo, no se tiene conocimiento de ningún trabajo puramente filosófico, solo de trabajos sobre matemáticas y astronomía. Basado en esta pequeña evidencia, Deakin sostiene la opinión de que Hypatia era una excelente recopiladora, editora y la preservadora de los trabajos matemáticos más tempranos.

Como se ha mencionado anteriormente, algunas cartas de Synesius a Hypatia todavía se conservan. En ellas, por ejemplo, le pide consejo para la construcción de un astrolabio y un hidroscopio (especie de reloj de agua).

Charles Kingsley (más conocido como el autor de ‘The Water Babies’) la convirtió en heroína de una sus novelas ‘Hypatia, or New Foes with an Old Face’. Como Kramer ha mencionado en algunas ocaciones:

‘Tales trabajos han perpetuado la leyenda de que ella no era solo una intelectual, sino que también era hermosa, elocuente y modesta.’


Autores: O'Connor, J.J. y Robertson, E.F.
Traducción: Rubén Alexis Sáez Morcillo y Ana Isabel Martínez Domínguez.

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